Depilación láser Alejandrita
No agrede a la piel
Alejandrita no agrede a la piel, incluso las más pigmentadas. Es la primera ventaja de usar láser Alejandrita en depilación frente a cualquier otra tecnología láser
Cualquier tono
Esta goza de gran experiencia y conocimiento acumulado y, dada su longitud de onda y características técnicas, es capaz de tratar la práctica totalidad de tonos de vello
Menos sesiones
En consecuencia de todo, el número de sesiones se reduce significativamente respecto a otras tecnologías, obteniendo resultados a largo plazo sin la adquisición de numerosas sesiones
El mejor resultado posible con el menor número de sesiones posible
Evaluar la piel y el pelo constituye un verdadero desafío para el profesional a la hora de decidir cómo configurar el tratamiento de depilación láser.
En Dpila hemos aportado, en esta dirección, un gran avance: el estudio previo. Se trata de un método exclusivo, no invasivo y rápido de asistencia a la depilación láser. Con él se aparca definitivamente la subjetividad, ya que se aplican criterios científicos para medir ópticamente las características de la piel del usuario antes de configurar los parámetros de cada tratamiento de depilación láser.
Así, gracias a la dermometría, estamos ofreciendo tratamientos de depilación láser mucho más seguros, cómodos y precisos, reemplazando las valoraciones intuitivas e inciertas, así como las pruebas de acierto/error con energía real sobre la piel, por las mediciones científicas que proporciona el equipo.
En Dpila hemos optado por utilizar láseres con tecnología Alejandrita: nuestra experiencia nos ha permitido concluir que se trata del láser más eficaz para un gran porcentaje de la población. Los ensayos de laboratorio evidencian que la longitud de onda que mayor absorción genera en la melanina son los 755 ηm, que es precisamente la que emiten este tipo de láseres.
Planteamos nuestros tratamientos en dos fases: una primera programada —más reducida en el tiempo— y otra posterior personalizada, sin ritmos fijos ni pautas prefijadas. El desarrollo de estas sesiones personalizadas se lleva a cabo en función de los ritmos propios de renovación del pelo en cada zona, de los condicionantes hormonales y personales, etc. Es decir, depende de un complejo y personal conjunto de factores cuya determinación íntegra, a priori, resulta imposible.
Los pasos que seguimos en nuestro procedimiento son:
- al comenzar cada visita medimos la piel con dermometría;
- a partir de esta información, configuramos el láser;
- después, definimos y ejecutamos el tipo de sesión a realizar;
- para terminar, indicamos el criterio para decidir el momento de llevar a cabo la siguiente sesión.
Este último punto es determinante en la mejora de los resultados, los cuales siempre se ven condicionados por la sincronía folicular que se está logrando y por razones biológicas relacionadas con la fase de crecimiento en la que se encuentra el folículo.
Estos protocolos de trabajo nos permiten definir con garantías una de las mayores dificultades técnicas: cuándo realizar cada sesión. La fase inicial programada tiene un doble e importante propósito: cambiar los ritmos de los ciclos foliculares —haciéndolos tender a la sincronía folicular— y dejar preparada la zona para iniciar la posterior fase individualizada.
De este modo, y de cara a las sesiones personalizadas, se consiguen dos grandes ventajas:
- identificar con precisión cuál es el momento ideal para aplicar la siguiente sesión;
- tratar una mayor cantidad de pelos en ese estadio concreto de la fase anágena en que se da la mejor relación entre la mayor concentración de melanina y la menor profundidad de la raíz. Este es el instante óptimo para mejorar los resultados, ya que se asegura la máxima absorción al láser con la menor necesidad de energía.
Ambos logros son la base que posibilita la realización de un tratamiento ad hoc, más personalizado, eficaz y satisfactorio, y mucho menos costoso en cuanto al número de sesiones. Estos principios son aplicables, medibles y distintos en cada zona corporal que va a ser tratada.
Diferenciamos claramente dos tipos de zonas a tratar: faciales y corporales, cuyos protocolos de trabajo son notablemente distintos.
Los tratamientos faciales, cuyos resultados pueden quedar condicionados por innumerables factores externos y personales, siempre precisan un mayor número de sesiones que los demás. Por ello realizamos unos procedimientos exclusivos de trabajo con pautas muy concretas, cimentados en nuestro exclusivo sistema de protocolos dobles, que están demostrando una eficacia excelente en 9 de cada 10 usuarios.
En nuestros procedimientos faciales no es necesario el rasurado o corte previo del pelo de la zona, algo que sí es preciso en el resto de las zonas corporales, preferiblemente un día antes de la sesión. Nuestros tratamientos corporales de depilación se basan en los principios técnicos y científicos que diferencian nuestro enfoque, partiendo de la dermometría óptica para aportar soluciones personalizadas de depilación láser. Y disponemos, además, de packs combinados que unifican en tiempo y coste su realización, muy adecuados para la primera fase programada.
Lo idóneo es realizar la sesión en ese momento de la fase anágena en que se da el mejor ratio entre la concentración de melanina y la profundidad de la raíz. Identificar este momento no es sencillo. Se trata de un instante en el que el pelo no ha aparecido todavía por encima de la piel. La dificultad radica en que ese momento no se puede detectar, por lo cual hay que esperar a la aparición del pelo, pero sin aguardar a que la zona esté poblada o haya transcurrido demasiado tiempo. Con todo, si además se ha conseguido la sincronía adecuada, es posible asegurar la mayor demora en la regeneración del nuevo pelo en el folículo tratado, apareciendo un mayor porcentaje de folículos anágenos en la sesión.
Nuestra dinámica de trabajo hace posible un enfoque racional a la hora de pautar los tratamientos de depilación láser, el cual se puede encajar perfectamente con el deseo personal sobre cuándo realizar el siguiente tratamiento: es decir, cuando el pelo comience a reaparecer en la piel.
La formación continua es una constante para todo nuestro personal. Solo unos conocimientos exhaustivos y permanentemente actualizados nos conceden la autoridad necesaria para ofrecer al cliente una información completa y realista. Contar con centros propios, en vez de ser una franquicia, nos ha ayudado enormemente, también, en esta dirección.
Dado que realizamos nuestros propios análisis, mediciones e investigaciones sobre el funcionamiento de los equipos de depilación láser, hemos terminado elaborando unos protocolos de trabajo específicos que se han convertido en la guía de actuación de nuestro personal.
De igual manera y de forma continuada, analizamos y mejoramos los procedimientos de trabajo que incrementan la comodidad, la seguridad y la mejora de los resultados. La información obtenida se estudia y se elabora periódicamente, poniendo el foco en los indicadores de la programación de los láseres que nos permiten adaptarlos mejor a cada caso; así como en el análisis en equipo de situaciones de clientes específicos que, por sus características significativas, requieren un protocolo de trabajo propio.

Te contamos más a fondo sobre el estudio previo de la piel
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