¿Quién no ha deseado alguna vez estar en una isla paradisíaca con su persona amada? ¿O romper con todo y perderse en un atolón remoto para siempre? Las islas nos resultan exóticas, estimulantes, atractivas, deseables. Pero, algunas, son tan remotas e inaccesibles que causan claustrofobia.
La isla es un icono complejo con múltiples significados. A lo largo de la historia de la humanidad, ha sido considerada como un refugio contra las amenazas y, en el plano de la psicología, gracias a Jung, como la representación de la conciencia y la voluntad frente a los vaivenes del inconsciente. Además, las islas son símbolos de aislamiento, soledad y muerte, hasta el punto de que la mayoría de las deidades asociadas a ellas tienen carácter funerario, como es el caso de Calipso.
Sin embargo, emocionalmente, las islas nos llenan de deseos, de romanticismo, de aventuras e imágenes naturales más bien paradisíacas. Libros inolvidables como La isla del Tesoro, Robinson Crusoe o Los robinsones suizos, canciones sugerentes como La isla bonita de Madonna, así como las películas, las series y los documentales que han mostrado los encantos insulares más espectaculares del planeta nos han hecho imaginarlas, de un modo general, como epicentros de evasión, destinos placenteros e iconos de la regeneración.
Pero, claro, hay islas e islas. Entre las habitadas, algunas resultan tan remotas como la británica Tristán da Cunha, que se localiza a más de dos mil kilómetros de distancia del lugar habitado más cercano y a casi tres mil de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. O tan inaccesibles como North Sentinel —de la India—, situada en el mar Andamán, cuyos aborígenes son tan fieros que no permiten que nadie desembarque en ella. También existen atolones situados a once días de navegación, como Kapingamarangi —de Micronesia—; islas rodeadas de mares agresivos, siempre embravecidos, como Hornos, en Chile, o enclaves tan endogámicos como Palmerston, en las islas Cook, en donde casi el 97 % de sus moradores descienden del mismo hombre. Posiblemente, para muchos habitantes de estas islas el paraíso soñado será muy diferente al nuestro.
¿Te apetece conocer el ranking de las 10 islas habitadas más inaccesibles del mundo? Como verás en él, cada una de ellas es, a su manera, sorprendente.
A partir de ahora, cuando sientas el deseo de romper con todo y convertirte en un robinson, acuérdate de ellas. No todas las islas son como Bora Bora, Canarias, Santorini, Bali o Menorca.