En el nombre del hijo

Uno de los momentos más trascendentales en la vida de una persona se da antes incluso de su nacimiento: es aquel en el que sus padres eligen el nombre que le acompañará siempre. El Instituto Nacional de Estadística nos ofrece una herramienta entretenida y clarificadora sobre la realidad actual de los nombres en España.

Todos hemos oído hablar de personas cuyos nombres se han convertido en una auténtica condena durante toda su vida. Es el caso del niño chileno al que sus padres —quizás tras haberse excedido en el consumo del ídem— decidieron llamar Jacks Daniels, o aquel otro costarricense que figura en su carné como Míster Rambo. En América Latina, y muy especialmente en Cuba, son muy dados a este tipo de excentricidades nominales que, risas ajenas aparte, han llegado a arruinar la existencia de no pocas personas.

Sobre gustos, desde luego, no hay nada escrito. Las modas vienen y van, activando y reactivando las preferencias por diferentes nombres en cada momento y lugar. Atrás —no demasiado— quedó esa época en la que muchas niñas españolas fueron bautizadas como Shakira y muchos niños como Iker. Esas modas han dejado paso ahora a otras tendencias. En España, por segundo año consecutivo, los nombres infantiles más escogidos han sido Lucía y Hugo. Entre los diez primeros para ellas figuran también, en este orden, María, Martina, Paula, Daniela, Sofía, Valeria, Carla, Sara y Alba; mientras que para los chicos el ranking continúa con Daniel, Pablo, Alejandro, Álvaro, Adrián, David, Martín, Mario y Diego. En Internet resulta sencillo encontrar listados con los nombres más escogidos de cada temporada, así como inspirarse encontrando referencias de nombres en cualquier otro idioma.

Sea como sea, elegir el nombre del próximo retoño suele ser una primera prueba de fuego para la pareja. Los gustos, las experiencias individuales, las influencias familiares, los usos adquiridos y las tendencias personales deben consensuarse y conjugarse con las características concretas de cada caso. Así, unos apellidos tan convencionales como Martínez García tal vez requieran elegir un nombre especialmente rotundo; del mismo modo que unos apellidos cortos, como pueden ser Bru Sin, parecen aconsejar un nombre largo y notorio.

Una herramienta que puede resultar muy útil en este sentido —y desde luego divertida— la ofrece en Internet el INE, a través de un sistema interactivo que calcula al instante cuáles son los nombres y los apellidos más frecuentes en España; así como su evolución en el tiempo, su edad media y su distribución por provincias. Saber con cuántas personas compartimos nombre o apellido, y dónde están, o conocer cómo está evolucionando un nombre concreto en los últimos años son algunas de las informaciones que pone a nuestro alcance esta herramienta.

Quizás los papás de Jacks Daniels, de haber tenido acceso a esta aplicación, hubiesen cambiado de opinión antes de nominar así a su hijo. O tal vez no, pero desde luego hubieran pasado un buen rato curioseando otros muchos nombres y apellidos.

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