¿Te imaginas ir a un museo y llevar tu propia guía en el bolsillo? ¿Plantarte ante La Libertad guiando al pueblo, Las Meninas, el sarcófago de Tutankamón o El Beso, de Rodin, y recibir toda la información sobre el autor, el contexto y las características técnicas de la obra, a la carta e ipso facto? Deja de imaginar: ya es una realidad.
Seguro que has utilizado alguna vez Shazam, esa aplicación de móvil tan chula que te permite identificar cualquier canción o sintonía que escuchas y saber su título y autor en el momento. Basta con activarla, acercar tu teléfono a la fuente del sonido y dejar que el smartphone te aclare lo que buscas. Es muy útil, desde luego, y también muy divertida. ¡Cuántos sabiondos musicales han quedado en evidencia, tras tirarse el pisto, aplicando esta app! Se acabó la tiranía de los memoriones musicales a los que ninguno, antes, nos atrevíamos a toserles.
Pues bien, este mismo planteamiento es la esencia de Smartify, la aplicación móvil que te permite disfrutar al máximo de los museos, las galerías y las exposiciones de arte. Es verdad que las creaciones artísticas deben hablar por sí mismas. Esa silenciosa relación, esa conexión sensorial y espiritual que algunas grandes obras nos producen son irreemplazables. Ahora bien, para multiplicar la calidad de esa experiencia también resulta necesario, con frecuencia, conocer las circunstancias, el contexto y las implicaciones de cada objeto artístico. Quién fue su autor, por qué y en qué situación la ideó y realizó, qué técnicas usó, en qué momento histórico y qué anécdotas significativas se asocian a ella son algunas de las informaciones que pueden sernos útiles para entender mejor una obra de arte.
Y aquí entra en juego Smartify. Una vez descargada en tu teléfono móvil, gracias a la tecnología de la realidad aumentada, solo tienes que acercar la cámara de tu smartphone frente al objeto en cuestión y, en solo unos segundos, tendrás a tu alcance ese caudal informativo que tanto te interesa, incluyendo la semblanza biográfica de su autor, comentarios de críticos, vídeos y mucho más. El sistema aprende por sí mismo a reconocer más y más obras, procesa la imagen real e induce el resultado idóneo, que siempre resulta práctico y esclarecedor.
Si eres de los que te encantan las cartelas museísticas, disfrutarás al máximo con esta herramienta. Y si no es tu caso y prefieres sumergirte en la parte más visual del arte
—ignorando lo verbal—, esta aplicación te permite configurar tu propia colección digital personalizada, llevarte a casa tus recuerdos y compartirlos con otros usuarios.
Una de las fundadoras de la empresa que ha impulsado esta app asegura que «los móviles pueden ser una poderosa herramienta para acceder al conocimiento», y no solo proveedores de entretenimiento. Contar con Smartify supone llevar a todas partes tu audioguía o tu catálogo de arte.
Imagina, por ejemplo, que en el vestíbulo de tu hotel descubres un cuadro o una escultura de la que te enamoras. Con esta aplicación podrás saber quién es su autor… y actuar en consecuencia. ¡Tal vez su caché esté al alcance de tu nómina y puedas llevarte a casa una creación original de este artista!
En fin, que la tecnología avanza que es una barbaridad. Quizá lo próximo sea Enamoratify, un procedimiento similar para saberlo todo de nuestra potencial pareja, a la que acabamos de conocer en un local nocturno. Bastará con acercar nuestra cámara a su rostro para recibir sus datos: estado civil, edad, nombre de los padres, biografía sentimental e intenciones amatorias. Tendría su punto… pero también daría yuyu.
Mejor nos quedamos con Smartify para las obras de arte y dejamos la intuición para las relaciones humanas.