Un futuro ¿saludable?

Los avances científicos en disciplinas como la inteligencia artificial, la biotecnología médica y la nanotecnología esbozan un futuro extraordinariamente saludable, abierto a cambios exponenciales en la prevención y la curación de enfermedades, así como en la búsqueda de la longevidad humana.

Aipoly Vision es una aplicación para móviles que permite identificar cualquier color y hasta 1000 objetos —en la próxima versión serán 4000 más— al ser enfocados por el móvil, el cual informa inmediatamente a su dueño de lo que está viendo. Esta tecnología, impulsada por un grupo de investigadores de la Singularity University de California, ha sido capaz de fusionar las prestaciones de un iPhone con los últimos avances en inteligencia artificial. Además de convertirse en una app curiosa y llamativa para el público en general, su funcionalidad va a mejorar significativamente la calidad de vida de los invidentes. Mark Edwards, ciego de nacimiento y con 56 años de edad, lloró de alegría al probarla.

Se trata este de un ejemplo esperanzador de las oportunidades que el futuro tecnológico puede ofrecer a la longevidad y la calidad de vida humanas. Por otra parte, los exoesqueletos robóticos de Hybrid Assistive Limb, que permiten volver a caminar a los minusválidos, pronto serán producidos en masa. El sistema está formado por un esqueleto sintético que recubre el cuerpo y aumenta su fuerza a niveles robóticos, detectando las intenciones del usuario de moverse y haciéndolo junto a los músculos, lo que multiplica de dos a diez veces la fuerza y la movilidad del individuo.

Muchos especialistas aseguran que los avances inmediatos en las tecnologías médicas van a resultar exponenciales. La revolución de la biotecnología permitirá modificar los genes, lo que abrirá las puertas no solo al nacimiento de bebés de diseño, sino también a la solución de problemas genéticos en los bebés en gestación. Asimismo, se está avanzando en diversas tecnologías que permitirán rejuvenecer todos los tejidos y los órganos del cuerpo mediante la transformación de las células. La aparición de robots nanotecnológicos del tamaño de las células de la sangre, capaces de viajar por el torrente sanguíneo destruyendo patógenos, removiendo desechos, corrigiendo errores de ADN y revirtiendo los procesos de envejecimiento ha dejado de ser una utopía científica. También se cree que, en unos cuantos años, será posible crear órganos artificiales para transplantes a partir de impresoras 3D, y que el inminente boom de la inteligencia artificial hará posible desarrollar ordenadores más inteligentes que el género humano y con capacidad de autoaprender, lo que abrirá nuevas posibilidades para la conservación de la vida humana.

No cabe duda: el futuro está llegando. Recientemente, un diseñador de Hong Kong ha sido capaz de crear desde cero un robot muy similar a la actriz Scarlett Johansson, que puede interactuar con las personas y, por ejemplo, sonreír coquetamente cuando alguien le dice guapa.

En este contexto ha surgido con fuerza el transhumanismo. Se trata de una corriente científica y filosófica que considera una cuestión de tiempo alcanzar la inmortalidad humana. Lo más llamativo es que sus seguidores no son personas incultas, analfabetas, desquiciadas o irracionalmente fanáticas, sino algunas de las figuras más influyentes y determinantes del universo tecnológico actual. No es de extrañar que, dadas las circunstancias, los expertos en inteligencia artificial y biotecnología médica se están convirtiendo en los Messi y los Cristiano Ronaldo del mundo científico. Están empezando a cobrar sueldos millonarios y las empresas privadas tratan de alistarlos antes incluso de que terminen sus estudios universitarios.

No sabemos qué nos reserva el porvenir, pero los avances venideros pueden llegar a provocar un verdadero cambio de paradigma en la existencia humana. En cualquier caso y pase lo que pase, lo más sensato es continuar con nuestros hábitos de vida saludable: cuidar la alimentación, practicar deporte, intentar ser felices y someternos periódicamente a los chequeos médicos oportunos. La salud es lo primero… y tenemos que cuidarla.

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